Si lo invitas a una fiesta de disfraces probablemente llegue planeando aprovechando las corrientes térmicas. El copete en la parte posterior de su cabeza sería motivo de que alguien lo juzgue de que salió volando con los pelos mojados. Y su collar negro pomposo de que no se aguanta el frio y que tuvo que ponerse un cuellito. Es muy raro que llegue solo, y si no va en grupo, sin dudas llegará con su pareja con la que estará culo y calzón toda la noche. Si se llegara a disfrazar de fantasma seguramente alguno con unas copas demás lo confunda con un Cisne Coscoroba, y si retruca con un chiste de mal gusto en seguida le pararán el carro diciéndole “no te hagas el pavo”. Ante el primero que se pase de la raya de inmediato arrancará a los alaridos y de haber una competencia para ver quien es el más alcahuete probablemente empate en la final con los Teros.
Se sabe que su nombre proviene del guaraní, y que según esta lengua su significado es: ¡vamos! o ¡escapa, aunque procede de una deformación de la onomatopeya del grito que producen cuando se ven sorprendidos.
¿Se dieron cuenta de quién estamos hablando?
El Chajá es una especie exclusiva de sudamérica, habita diversos ambientes húmedos como lagunas y campos inundables, desde el noreste de la patagonia hasta el noreste de nuestro país, y podemos decir que su canto es uno de los sellos más distintivos de estos ambientes.
Tamaño: grande como un pavo doméstico.
Color: general grisáceo, con un collar de dos anillos, uno grueso y fornido de color negro por debajo de uno finito blanco.
Habitante permanente, no realiza migración.
Hembra y macho son indistinguibles.
Se puede encontrar en grupos o en parejas.
En vuelo: desde el suelo alas negras y blancas, envergadura alar grande.
Nombres equivalentes: Chauna torquata (científico), Southern Screamer (inglés).
Compañeros del COA nos dejan estas bellísimas imágenes.