En esta ocasión les presentamos un ave playera y migratoria. Lo primero que se lee de ella en el sitio Birds of the World (“Aves del mundo”) es:
“... es un aristócrata entre las aves. Todo en él es distintivo. El pecho y el vientre negro azabache, el dorso amarillo dorado y las llamativas marcas de la cabeza del plumaje de cría bastarían por sí solos para distinguirlo en cualquier conjunto de sus parientes… “
Cualquiera de ustedes de inmediato habrá vuelto la vista a las fotos y verificado que nada tiene que ver esa descripción con el ave en cuestión. Pero no, corresponden a la misma especie, que es conocida como Chorlo Pampa.
Resulta que, el chorlo posee distintos plumajes dependiendo de su periodo de reproducción. Y en este caso, todas las fotos que les compartimos tomadas por miembros del COA en el sur Santafesino corresponden a individuos en periodo no reproductivo, es decir, de reposo sexual, presentando un plumaje poco llamativo, de aspecto general pardo/blanquecino, muy lejos de la descripción del comienzo.
¿Por qué será que en general es de esperar encontrarlo con el plumaje poco llamativo y no con el descrito al comienzo?
La respuesta viene dada por otro aspecto de la especie, quizás el más significativo, que es el atributo de ser un ave migradora. Como tal, pasa primavera - verano por estos pagos y después se toma el palo lo suficientemente lejos como para que de olvidarse la billetera con los documentos le sea más sencillo hacerlos de nuevo que volver a buscarlos: de América del sur se desplaza al norte de Canadá y Alaska! Sí, leyeron bien. Ida y vuelta. Todos los años.
Y es en América del norte donde luce el plumaje descrito al comienzo, que es el del período reproductivo. Y por la sencilla razón de que sólo lo exhibe allí y ninguno de nosotros pudo viajar hasta allá (por que no tenemos ganas no por otro motivo) sólo tenemos fotos con plumaje que muestra acá por el sur del continente, aunque haya una de ellas que retrata a un ejemplar que empezó su muda antes de migrar. Al fin y al cabo, esto no quita que sea un lujo aristocrático encontrarse con tán asombrosa especie y darnos cuenta una vez más de lo maravillosa que es la naturaleza.