SIRIRÍ PAMPA
Hoy como todos los miércoles les presentamos un nuevo Ave de la semana. En esta ocasión a un residente permanente de los ambientes acuáticos de nuestro sur santafecino.
El sirirí pampa, también conocido como sirirí común o Dendrocygna viduata, es una de las aves más características de los ambientes acuáticos del centro y norte de Argentina. De cuerpo esbelto y cuello largo, su silueta se distingue fácilmente tanto en vuelo como en reposo. Luce un plumaje predominantemente castaño con el rostro y parte del cuello de un blanco llamativo que contrasta con su corona oscura, dándole un aspecto elegante y singular. Es una especie activa durante las horas crepusculares, volando de noche y emitiendo su típico canto, que dice "sirirí", "sirirí". Se dice que cuando se los oye cantar, anuncian la lluvia, ya que por la presión del aire vuelan más bajo.
Habita lagunas, esteros, bañados y orillas de ríos con vegetación densa. Es gregario y suele encontrarse en bandadas numerosas, especialmente en época de reproducción o migración local. Su distribución en Argentina abarca especialmente las provincias del noreste —como Formosa, Chaco, Corrientes y Misiones—, aunque también se lo encuentra en áreas más australes como Santa Fe, Entre Ríos y hasta en humedales pampeanos, siempre vinculado a cuerpos de agua dulce.
Aunque no se encuentra en peligro de extinción, el sirirí pampa ha sido históricamente objeto de caza, especialmente en el marco del turismo cinegético. Esta práctica, que atrae visitantes nacionales y extranjeros, pone en tensión el equilibrio entre una actividad comercial para unos pocos y turismo sustentable para todos. Si bien la caza regulada de especies como el sirirí se realiza bajo marcos legales en algunas provincias, persisten los debates sobre el impacto ecológico de promover la caza de aves autóctonas con fines recreativos y sobre el sustento científico de los estudios preliminares requeridos para tales prácticas.
La belleza del sirirí pampa, más que una presa, debería invitar a la contemplación y al respeto por la biodiversidad de los humedales argentinos, junto a todas las demás especies que enriquecen y hacen a la esencia de estos paisajes.
